Cuando con 14 años me llamaron Sonia por primera vez,nunca imagine que
pudiera llegar a vivir lo que he vivido en los últimos meses.
Una vida de mentira engaño y ocultación no han sido suficientes para
apagar la llama de la verdad de mi SER y mi SENTIR,y hoy mas que nunca
mientras me hacían fotos sentada en la fuente de la plaza Elíptica y el
sol iluminaba mi sonrisa,pensaba que todo había merecido la pena.
Debemos seguir luchando por nosotros/as y por quienes vengan detrás,que
los sufrimientos de quienes nos precedieron y los de quienes aun
sufren en otros lugares, sean el acicate para el buen hacer de quienes
nos implicamos,mas allá de luchas políticas,mas allá de absurdas
descalificaciones o estériles debates sobre el sexo de los ángeles.
Nuestra única reivindicación debe ser el que nuestra sociedad,esta en la
que vivimos y queremos seguir viviendo,nos vea no como lo que
somos,personas como otra cualquiera con los mismos problemas que
cualquiera ,pero que para nuestra desgracia,nacimos con una malformación
que aun no tiene explicación medica,pero que como todas y cada una de
las dolencias humanas, acabara por ser resuelta por la ciencia.
Mientras tanto,sigamos con la labor a veces silenciosa,a veces a voz alzada,de mostrarnos como somos:
SERES HUMANOS
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